Art.4: El gato y... LA LECHE

12-05-2014

Publicado por: MARINA

La imagen de un gato junto a un cuenco de leche es habitual en dibujos, películas e incluso en la vida real. Sin embargo, ¿la leche es buena para nuestros queridos felinos?
Nos referimos, por supuesto, a la leche de vaca, no a la de gata, y por desgracia esta y otras imágenes tan habitual en nuestra mente, provocadas por una “normalidad” en desuso y reflejada en dibujos infantiles, ha provocado y sigue provocando mucho daño en la correcta nutrición de los animales de compañía: los platos de Pluto con su inevitable hueso, la fijación de la pareja de malvados gatos siameses de la dama y el vagabundo por el blanco y líquido elemento…

El propietario poco informado, o las afirmaciones “de bar”, conducen a que se piense que los gatos adoran la leche o, es más, que es un alimento que no ha de faltar nunca en su dieta. ¡Craso error!

La leche de vaca, como su propio nombre indica, es de vaca, y está indicada para sus crías, los terneros. Los humanos, sobre todo los niños, también la tomamos (aunque en la actualidad se discuta su beneficio o perjuicio en nuestra alimentación).

Pero, para el gato, sinceramente, no. Está claro que si se la ofrecemos, habrá gatos que se la tomarán, pues su sabor o su textura la puede hacer “interesante”, pero cabe preguntar: ¿es bueno o necesario su consumo? Y la respuesta es simple: no, definitivamente, no.

La leche de vaca ni es necesaria ni “buena” para el gato; lo que si podemos asegurar es que su uso, junto a una dieta adecuada, lo único que consigue es desequilibrar la ración diaria del alimento comercial específico.

Y no olvidemos que, no en pocas ocasiones, el uso indiscriminado de leche o lácteos, puede provocar alteraciones gastrointestinales de diverso grado.

La única leche que ha de tomar un gato es la de su madre o, en su defecto, una leche maternizada especial y adecuada para él.